CARAVACA DE LA CRUZ
   
 
  Historia de la Vera Cruz



Origen de la Vera Cruz






La Cruz de Caravaca se inserta dentro de las llamadas cruces orientales, y su fisonomía tiene una clara conexión con el Lignum Crucis Patriarcal de la Iglesia ortodoxa, ubicada en la Cripta del Santo Sepulcro de Jerusalén. Tras el probable hallazgo del madero donde murió Cristo, que La Leyenda Dorada del franciscano La Vorágine (siglo XIII) atribuye a Santa Elena –madre del emperador romano Constantino (siglo IV)-, se fueron configurando relicarios que llevaban dentro trocitos del madero santo. Estos relicarios eran portados, inicialmente, por los Patriarcas de la Iglesia oriental. La tradición habla que la cruz que apareció en Caravaca el año 1231 fue la que usaba como pectoral el Patriarca Roberto, primer obispo de Jerusalén al comienzo del siglo XII, fecha en que la ciudad fue conquistada a los musulmanes en la Primera Cruzada. Las hipótesis sobre el supuesto origen templario de la Vera Cruz no están claramente probadas.



 Aparición de la Cruz




La fecha de la aparición señalada por la tradición es el día 3 de Mayo del año 1231. Gobernaba Caravaca el sayyid almohade Ceyt-Abuceyt, quien, tras una rebelión popular, perdió el trono del reino de Valencia, retirándose a Caravaca. Se cuenta que entre los prisioneros cristianos se encontraba el sacerdote de Cuenca, Ginés Pérez Chirinos. Ceyt-Abuceyt interrogó a los cautivos sobre cuáles eran sus ocupaciones, con el fin de rentabilizarlos en provecho propio, y al llegar al presbítero éste contestó que era sacerdote de Dios, y que, aparte de ganar almas para el Cielo, su principal ocupación era la celebración diaria de la Eucaristía en el sacrificio de la misa. La supersticiosa curiosidad del reyezuelo moro ante la explicación de la transubstanciación del pan y el vino en cuerpo y sangre de Cristo, provocó que Ceyt-Abuceyt mandara preparar todo lo necesario para que Ginés Perez Chirinos celebrara aquel ritual en su presencia. Traído desde Cuenca todo lo necesario para el acto, comenzó la celebración litúrgica en el salón principal del alcázar. Al poco el celebrante se detuvo y manifestó al rey la imposibilidad de proseguir con el acto, ya que se percató de que en el altar no había ningún crucifijo. Fue en ese preciso momento cuando aparecieron sobre el altar dos ángeles que portaban una cruz de doble brazo que depositaron sobre el altar. Tras este hecho milagroso Ceyt-Abuceyt se convirtió al cristianismo, bautizándose y adoptando el nombre de Vicente Bellvis, e igualmente lo hicieron los miembros de su corte. Después de su conversión, el que fue sayid se puso a las órdenes del rey Jaime I, colaborando con él en la reconquista de Valencia, por lo que se le concedió el señorío de Villahermosa.



A partir de ese momento se comenzó a venerar en Caravaca, y en toda la comarca, la sagrada reliquia, difundiéndose con gran rapidez por todo el reino de Murcia y más allá de sus límites, atrayendo a numerosos peregrinos. Pocos años después de la milagrosa aparición ya constaba la Cruz de Caravaca en el escudo local del Concejo, allá por el año 1285, lo que otorga veracidad a la tradición histórica. Ya al comienzo del segundo tercio del siglo XIII, Fray Juan Gil Egidio de Zamora escribía sobre la aparición de la Cruz y otros hechos extraordinarios, según el licenciado Quintín Bas y Martínez (1885).
 
CARAVACA DE LA CRUZ
 
CARAVACA DE LA CRUZ
 
Hoy habia 20 visitantes (60 clics a subpáginas) ¡Aqui en esta página!
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis