El Castillo cuenta con tres aljibes con bóvedas de cañón y arcos de medio punto. El agua almacenada se utilizaba para el consumo humano y animal. Cuando se precisaba agua para el trabajo y la construcción era traída del pueblo en caballerías. Estos aljibes eran vitales para el Castillo pues en momentos de asedio tenían que servirse de ellos. Estando el Castillo en poder de los Templarios se contaminaron las aguas de los aljibes y unos caballeros tuvieron que traer el agua en pellejos a lomo de sus caballos y en ese hecho se fundamenta la Fiesta de los Caballos del Vino.
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